9/11/14

¿Por qué hablar de amor?


Por qué hablar de amor cuando

gritaría tu nombre al eco de las montañas para que incluso el silencio lo repitiese.



14/9/13

Balas

Cuando cada palabra mal formulada es bala, y tú piensas que el mal no va con tus palabras, sino viene de quién las recibe. Viene de quién las recibe porque tú no intentas herir un cuerpo, ni su corazón. Sólo intentas escucharlo latir para poder proporcionarle la dosis de droga que necesita.
Pero te sientes impotente al comprobar que ya nada es igual, que tus palabras siempre serán balas, y no podrás convertirlas en otra cosa, aunque lo pretendas, porque de nuevo, quién las recibe es el que tiene el poder de convertirás en lo que quiera.
Entonces, te das cuenta de que quizás, y sólo quizás, ha llegado el momento de abandonar. Porque las guerras nunca son buenas, y menos si formas parte de ellas.

¿Porque de qué sirve luchar por algo que no va a cambiar? ¿Esforzarse? ¿Aún más?

Llega el momento en que nunca más podrás vomitarle pétalos cargados de amor, porque no los entenderá. Y cuando eso ocurre, es momento de parar.

19/6/13


                  Siempre me dices que puedes ver.

                  Logras distinguir lo cálido de lo helado, y lo oscuro de lo claro que suele estar el cielo las noches estrelladas. Dices que puedes ver porque no conoces la complejidad de lo abstracto, y lo simple que puede ser lo evidente. Muchas veces, nos ponemos un oscuro antifaz que sólo nos permite ver una parte de lo que sucede a nuestro alrededor. Ignoramos lo que no nos interesa, utilizamos un lenguaje adulterado para camuflar lo que sucede, estamos convencidos de lo que está pasando es normal.
                 
                  Tú, eres capaz de generar a tu antojo una visión fragmentada, en la que te focalizas en un punto e ignoras el resto.
                  Siempre me dices que puedes ver. Sin embargo, vives en el mundo de los ojos cerrados. Ver es algo más sublime que contemplar las estrellas al llegar la noche. Ver, es descubrir lo que esconde la vida, cosas que son vistas sin abrir los ojos…
                  Tus ojos, esos entornados, semidormidos, que deben despertar ya de una vez para mirar a los míos.
                  Yo veo flores en los jardines, pero tu les haces perder su olor, y te comes todo su color. Veo estrellas en el cielo, pero tu no ves su reflejo sobre el mar.
                  Sin embargo, sigo teniendo la esperanza de que tus ojos estén cerrados porque realmente no ven, no porque no quieran ver. Sueño que todo es un sueño, que soy una persona diferente, que te gustaría soñar junto a mí. Sueño que veo tus ojos cerrados, pero esta vez, al despertar a tu lado. Siempre hemos sido dos lunas.
                  Las cometas vuelan en libertad, pero siempre necesitan a alguien que les ayude a volar. Yo llevo volando mucho tiempo, y ahora me toca ayudarte, porque todos tenemos el derecho a ser felices.
                   
                  Siempre he pensado que el primer amor es el verdadero, no lo sé, aún no vivo lo suficiente, pero en 15 años de vida, me he dado cuenta que a partir de que te enamoras de alguien, tu vida no sigue siendo la misma. Dependes de esa persona en cada momento, no puedes dormir, no puedes comer, ni pensar ni un solo instante de tu vida en algo que no sea esa persona a la que le has entregado tu corazón.

                  Amar es lo máximo, que te amen es aún mejor. Amar es esperar, disfrutar, recordar, añorar, revivir… los momentos.  ¿Has visto cuánta felicidad se esconde tras este sentimiento? Creo que todos tenemos derecho a ser felices, a escapar del miedo, a descubrirnos, a salir, a enamorarnos, a vivir, que en definitiva es amar. Cuando amas, no necesitas a nadie más, sientes que no hace falta nada. No das mil rosas, das la rosa más bonita. ¿Y sabes qué? Yo te la daría a ti.

                  Sin embargo, para mí, en la situación en la que me encuentro, amar, es saber que estás bien. Simplemente eso. Nada más hay a lo que me atreva. Llámame cobarde si quieres. Pero… ¿Te has planteado alguna vez que la cobardía, en realidad, resida en ti? ¿No crees que es un buen momento para abrir los ojos? ¿Avanzar, quizás? Sé que lo sientes. Una mujer en la oscuridad genera luz propia, enciende el cielo y se convierte en él. Se que es difícil porque nunca leerás mis palabras. Ya he dicho, que en parte, la cobardía también habita en mí, pero sin siquiera pedir nada, fuiste mi escondite. ¿No sientes que te necesito? Tú me has dado la vida, eres la luz de mis mañanas y mis noches. ¿Pero, y tú luz? Sal, sal y muéstrame tu brillo y color singular. El fuego de tu mirada, que ahora sólo es ceniza suave…
                  Quiero notar en ti algún suspiro que te delate, sin preguntar, el amor que tiempo atrás no pudiste o quisiste pasar a limpio.  

28/4/13

Las cometas vuelan en libertad, pero siempre necesitan a alguien que les ayude a emprender su vuelo

Creo que todos tenemos derecho a ser felices, a escapar del miedo, a descubrirnos, a enamorarnos, a vivir, que en definitiva es amar. Cuando amas, no necesitas a nadie más, sientes que no hace falta nada. No das mil rosas, das la rosa más bonita. ¿Y sabes qué? Yo te la daría a ti. 

Quiero notar en ti algún suspiro que te delate, sin preguntar, el amor que tiempo atrás no pudiste o quisiste pasar a limpio. 

Poesía eres tú


¿Qué es poesía? - Dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú

Decía Bécquer. 

Yo digo, poesía es todo. 

Poesía es amar, y también llorar. 

Poesía es conseguir marcar el ritmo de las palabras, que bailen a tu 
antojo. 

Poesía es más que palabras y rimas. Es prometer, recordar, angustiar. 

Podrás borrarla del papel, pero siempre quedará su mancha en tu corazón. 

27/4/13

Cuando llueve

Muchas veces me pregunto por qué las nubes lloran. Lloran días enteros. Horas y horas de llantos grises que nunca nos explicarán.

Dicen, al menos pueden ahogar sus pesadillas.


Sigo preguntándome cómo la boca de ese chico, esa boca de color amarillento deshidratado que ningún ser humano se hubiese atrevido a besar, era de ella. Y ella, tan frágil como la confianza del ser humano, tenía una boca pequeña, pequeña como las cerezas rojas, suave como la brisa de montaña, hermosa como las rosas de su jardín, carnosa como un pez globo, su boca, una boca que no era merecedora de aquello, tosco y deformado. 

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Gracias a ti, mis palabras se convierten en mi poesía favorita.